Periodista que se ha convertido en ejemplo y referente para combatir la injusticia en contra de la mujer colombiana, lucha todos los días para que las mujeres víctimas de la violencia se unan, rompan el silencio y pongan en conocimiento de todos que la violencia sexual existe, es gravísima y deja marcada el alma.
Con la campaña ‘No es hora de callar’ se encarga de llevar su testimonio y sus propuestas verticales para hacerle la guerra a la violencia sexual.
El 25 de mayo de 2000, cuando realizaba una investigación sobre el tráfico de armas en la cárcel Modelo de Bogotá, fue secuestrada, torturada y abusada sexualmente por un grupo de hombres de las AUC.
“La vida se me acabó”, ha repetido sobre ese episodio que también le ayudó a comprender que tras su dolor podía ayudar a otras mujeres.